Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 1,35 millón de personas fallecen anualmente como consecuencia de accidentes de tránsito. Esta es la segunda causa de muerte a nivel mundial. A la vez, es la principal causa de mortalidad entre los niños y los jóvenes de cinco a 29 años, y se estima que, una de cada cuatro defunciones por esta causa afecta a peatones y ciclistas. Por otro lado, este tipo de accidentes causan lesiones a 50 millones de personas aproximadamente.
A nivel mundial, la OMS, en colaboración con sus asociados organiza semanas mundiales de las Naciones Unidas (ONU) para la seguridad vial. La de este año se centró en el transporte sostenible; en particular, en la necesidad de promover los desplazamientos a pie, en bicicleta y en transporte público. Se trata de un cambio de paradigma que se relaciona con la seguridad vial.
“En estas jornadas se busca tanto a nivel mundial como nacional, reflexionar sobre el respeto a las normas de tránsito para una mejor convivencia. Además, se pone en juego la necesidad de contar con políticas públicas y lograr así mayor conciencia vial para reducir el alto índice de víctimas por siniestros”, explicó la doctora Valeria El Haj, directora médica de la obra social de asociaciones deportivas y civiles (Ospedyc), en un comunicado de prensa de la institución.
Se hace imprescindible promover buenas prácticas entre la ciudadanía, tales como el uso del casco o del cinturón de seguridad, así como la importancia de que los automovilistas sean conscientes de que no deben beber antes de conducir ni excederse en la velocidad.
Según la campaña de las Naciones Unidas “Calles para la vida”, la velocidad es uno de los principales factores de riesgo tanto en la ocurrencia de colisiones como en sus consecuencias. Por ese motivo, esta iniciativa busca reducir a 30 km/h la velocidad en las calles a fin de poder disminuir el riesgo de muerte en atropellos.
Medidas de seguridad
Entre las recomendaciones principales figuran:
• Controlar la velocidad: no hay que exceder de los 90 km/h en ningún tipo de situación, inclusive si se encuentra permitido, si el clima lo amerita y si el camino está en buenas condiciones.
• Mantener la distancia: esto permitirá disponer de más tiempo para poder realizar la maniobra correspondiente en el caso de un accidente propio o ajeno.
• Usar el cinturón de seguridad es el mejor método para salvar una vida. Para colocarlo de manera correcta, el cinturón debe pasar por delante del hombro, sobre la clavícula, el pecho, y por la cadera, a la altura de la pelvis y se debe evitar que presione la parte alta del abdomen. Los niños deben sentarse en butacas especiales con sus respectivos cinturones.
• Evitar el uso del celular: aunque la manipulación de dispositivos móviles se encuentre prohibida legalmente, muchas personas lo hacen. Utilizar el teléfono mientras se maneja, aunque sea usando el manos libres, reduce la capacidad de concentración que se necesita para conducir.
• Incorporar el uso de cascos en bicicletas y motos. Este funciona como barrera y previene el impacto entre el cráneo y la estructura con la que se golpea (por ejemplo, la calle). Se absorbe la energía del golpe y, de esta manera, el cerebro golpea con menos fuerza contra el cráneo. Para que cumpla su función, el casco tiene que ser del tamaño correspondiente a la cabeza y quedar fijo, sin movimiento y correctamente colocado.
• Hacer señales antes de maniobrar: al girar a la izquierda, a la derecha y para frenar.
• Llevar las luces reglamentarias: blanca adelante y roja atrás.
• Evitar el uso de auriculares: disminuyen notablemente la audición y la atención.
• Respetar todas las señales y normas de tránsito
• Evitar zigzaguear o hacer piruetas.
En el caso de los peatones, es importante destacar que son los integrantes más vulnerables o frágiles del tránsito, ya que no tienen ninguna protección corporal. En un choque entre un peatón y un vehículo, aun el más liviano, es el peatón el que con mayor probabilidad se llevará la peor parte.